"El juego no sólo es aprendizaje de tal o cual técnica, de tal o cual aptitud, de tal o cual saber-hacer. El juego es un aprendizaje de la naturaleza misma de la vida que está en juego con el azar, con el alea."
Edgar Morin
Mediante el juego los niños y las niñas pueden
despertar su creatividad y al mismo tiempo su motricidad.
Un bebé necesita jugar desde los primeros meses, encontrando
como delicioso juguete sus pies y manos. Los adultos hemos de ayudar a
descubrirlos y usarlos. Tan grave es que un niño no duerma como que no juegue,
porque el juego contribuye al buen desarrollo psicomotriz, que es la base de
un aprendizaje adecuado. El juego es
una educación temprana, pero necesaria y positiva, que no le podemos
negar.
Los niños, menos comer y llorar, lo ha de aprender todo; por
lo tanto, puesto que el juego es el aprendizaje de la vida, ha de jugar mucho
hasta que llegue a la edad de poderse llamar hombre o mujer.
Los juegos no
sólo mantienen a los niños pequeños activos u ocupados, sino que si se escogen
los juegos y juguetes adecuados para cada edad, estimulamos la inteligencia de
nuestros niños y niñas de una manera divertida.
A través de los
juegos incitamos a los niños y niñas a descubrir el mundo, a interrelacionar y
despertamos su interés. Esta curiosidad natural que surge en los pequeños hace
que se vayan desarrollando diferentes habilidades: desarrollo psicomotriz,
espacial, imaginación, motricidad fina, gruesa entre otras cosas.